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MUSICAS GLOBALES CONTEMPORANEAS

Ecos de las américas, que en mi viaje de ultramar me van llegando...

En pleno océano, sin poder posar mis patas en una rama, para hallar resguardo de la adversidad que me he encontrado en este indomable e impasible Atlántico. O abordar un barco que haga la ruta transatlántica que me sirva de área de descanso y transporte momentáneo. Cuando en las cercanías, uno necesita de su apoyo logístico, nunca parecen estar.

Entre tempestades y ardorosos días soleados... ave en estado desorientado, fatigado por la dilatada travesía mal calculada, sin parada y aprovisionamiento posible. Ave en estado deshidratado, con el ánimo desfondado. Sólo os puedo dejar con los ecos musicales de las américas, que en mi viaje de ultramar, me van llegando... No teniendo la certeza, si podré completar. Ni avistar TIERRA, más allá del finisterre musical en el que nos encontramos.

Hay amores como las que se cuentas en miles de historias: que florecen o fenecen. Reverdecen en más amor de lo que fue. O se marchitan en pétalos del dolor disecado en lo indiferente.

Pero cada día pienso en ti, en aquel que posa su mirada en estos renglones mal formados; y me sigue desde el mas allá fielmente devorándome con su lectura. Cada instante siento el viento de la flaqueza, que juega contra mi. Golpeándome en el costado o de frente. La persistencia rinde mi resistencias y mis esfuerzos desgastan las fortalezas de mi salud. Pero cada día pienso un poco mas en ti, para poder proseguir.

Contra todos estos estados de dudas sólo me queda continuar. Si me rindo! despedazo mi razón de vivir y se destruye algo en lo mas hondo de mi. La alternativa que me queda: morir, ahogado en medio de este agua infinita y azul de anonimato, que surcan los grandes mercantes, en sus rutas comerciales a penas sin esfuerzo. No teniendo tiempo para fijar su mirada en una ave como yo para darle cobijo.

Sigo volando, y ahora en mi desespero no encuentro islote o barco que me sirvan de tabla de salvación. A veces dudo si mi tarea es proseguir... o rendirme del todo, en esta supervivencia entregándome al más profundo mar. Y poner FIN, ¡por fin!, a este viaje interminable.

Mientras tanto, sigo pensando en TI.

Pero no hay mas vitalidad, no hay; no hay mas brisa que aúpe mi transitar, no hay. No hay mas (en)canto, no hay. Y no queda nada por lo que luchar. Dejadme donde estoy, llevadme a mi destino final. Voy para Argentina. Cuando alguien se queda solo sufre mas. No ya no hay mas cielo celeste que surcar, no hay mas sueños en vuelos que perseguir. E historias que contar.

Llévame a lo mas cercano de a tu corazón, allá donde se encuentre. Enjauladme de vuestro recuerdo por que en ellos he de permanecer vivo. Mas allá de mi existencia.

LA DESPEDIDA. [Nos mudamos de plumaje y de nido]


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